SALAMANDRA

La salamandra común (Salamandra salamandra) es una especie de anfibio urodelo de la familia Salamandridae  común en Europa, con preferencia por hábitats acuáticos de media y alta montaña, ecológicamente poco alterados.
Este urodelo, único con cola redondeada, destaca por su coloración de manchas amarillas sobre fondo negro, aunque esta coloración varia según la subespecie. Este llamativo atuendo y sus desarrolladas glándulas parotídeas son un claro signo de su toxicidad y mal sabor que ahuyentan a algunos de sus depredadores.
Foto: Nil Llarden de Castellaranau
Antiguamente, existía la creencia de que este anfibio, semejante al tritón, podía estar rodeado de fuego sin que éste llegara a hacerle el más mínimo daño, sin quemarse en absoluto(en inglés se la llama Fire Salamander).

HÁBITAT:


Su hábitat es el ambiente nocturno, principalmente forestal, en las riberas o en las laderas poco luminosas pero cercanas al agua o a lugares húmedos como huertas, pinares, lugares con abundancia de líquenes en el suelo, etc. Es decir, siempre huyen de los lugares secos, prados y de zonas con sequía. 
Por el día, las salamandras permanecen ocultas entre las rocas o pequeñas cuevas naturales, resguardándose del abrasador sol. 
Su adaptabilidad supera los 1.800 metros por encima del nivel de mar pero su existencia está amenazada por la tala de bosques y por los incendios.
 Su hábitat es el ambiente nocturno, principalmente forestal, en las riberas o en las laderas poco luminosas pero cercanas al agua o a lugares húmedos como huertas, pinares, lugares con abundancia de líquenes en el suelo, etc. Es decir, siempre huyen de los lugares secos, prados y de zonas con sequía. 
Se desplaza de forma lenta y pausada, y solamente en los días de abundante lluvia puede desarrollar su actividad cotidiana por el día, mientras el sol está medio oculto. Las estaciones del año también influyen en el desarrollo vital de este anfibio, puesto que los meses de acuciante calor y los extremadamente fríos están dedicados al letargo de la especie.




-REPRODUCCIÓN

La estaciones adecuadas para su reproducción son la primavera y sobretodo el otoño, puesto que es estos periodos en los que se ponen en celo. El apareamiento tiene lugar en la tierra y principalmente de noche. El macho comienza la cópula situándose encima de la hembra y va deslizándose hacia abajo rítmicamente. 
Las salamandras anfibios ovovivíparos, con lo cual los huevos eclosionan antes o durante el parto, que siempre se produce en aguas limpias, normalmente en charcas con poca corriente. Es por eso que la abundancia de estos anfibios son un signo de que relativamente no hay contaminación del medio en la zona.
El número de larvas que puede llegar a alumbrar una salamandra hembra es de hasta 85-90 pero, por regla general, no se supera en 30-40 en cada parto. La capacidad de nadar es innata en las larvas que, al principio, son grisáceas con reflejos metálicos y con branquias ramificadas para, poco a poco, ir adquiriendo las típicas manchas amarillas en un tiempo aproximado de 3 ó 4 meses, al igual que la desaparición de las branquias. La cabeza de los recién nacidos es ancha y sus patas están perfectamente constituidas. Las larvas abandonan el hábitat acuático cuando su longitud sobrepasa los 6 centímetros.
Al llegar a la juventud con la metamorfosis, son muy similares a los adultos, pero no alcanzar la madurez sexual hasta pasados 3-4 años, momento en el que ya son capaces de reproducirse. 


-LONGEVIDAD:

Las salamandras pueden vivir hasta 25 años.


-ALIMENTACIÓN


Las larvas se alimentan de pequeños crustáceos, larvas de insectos y gusanos. 

Cuando llegan a la madurez  la ingestión de sustento es mayor y se compone fundamentalmente de invertebrados de cuerpo blando. Entre sus manjares favoritos debemos distinguir los artrópodos y arácnidos de reducido tamaño, gusanos y lombrices de tierra, caracoles o babosas, insectos de la familia de los coleópteros.





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